Divulgar ciencia en redes sociales
Que no te mientan, divulgar la ciencia en redes sociales lleva mucho esfuerzo y dedicación. El algoritmo exige una periodicidad para posicionarte en lo que comúnmente llamamos el “para ti” y no esperes de él ni objetividad ni neutralidad. Una mala iluminación, un mal sonido o un contenido poco atractivo y ya puedes olvidar que ese pedacito de ciencia que quieres divulgar sea visto por un número de personas aceptable.
Súmale que la vida de una publicación tiene un tiempo limitado y suele ser corta, pero, en cambio, preparar un buen contenido puede llevarte incluso varios días. Entonces, ¿es posible, o vale la pena divulgar ciencia en las redes sociales? La respuesta es que sí y que además resulta muy satisfactorio si lo haces con ilusión. La ciencia es cultura y necesita de gente que la dirija hacia la sociedad.
Ahora ya casi todas las redes sociales nos dejan subir tanto fotos como vídeos acompañados de texto. Algunas se centran más en el texto, dejándote escribir muchos más caracteres, y otras potencian más los vídeos, pero ahora todas las redes más usadas a nivel mundial son aptas para la divulgación científica con el formato que prefieras, pero siempre con rigor y calidad. Solo necesitas, eso sí, saber a qué segmento de población quieres dirigirte para poder escoger una red social adecuada.
No obstante, para gustarle al algoritmo vas a necesitar conocerlo en profundidad, ser creativo, original y tener tu propia esencia, a la vez que invertir tiempo y no desistir, ya que todos los inicios son complicados y hay una fase de ensayo-error en la que vas descubriendo que es lo que más te funciona.
Conviene que sepas que las redes nos mostrarán temas relacionados con nuestras búsquedas. Haz una prueba: busca vídeos o publicaciones de divulgación científica y te sorprenderás al ver cuántos investigadores y estudiantes de grado, máster o doctorado (entre otros) están en redes comprometidos de manera altruista (o no) con la divulgación científica en diferentes áreas de conocimiento y en formatos muy diversos. Ten en cuenta que cada vez hay más gente, especialmente del segmento joven, que se informa a través de ellas. Y no solo como forma preferencial, sino que, con frecuencia, como única fuente.
Y no te creas que es sencillo explicar según que concepto porque, aunque tú lo entiendas bien, tu público necesita que se lo expliques de otra forma y querrán de ti la responsabilidad de haberte documentado de fuentes fiables, de haber contrastado la información, que seas capaz de explicarlo rápido y de manera atractiva… Pero, sobre todo, que no pierdas el rigor ni la evidencia científica.
No quieras medir tu calidad en términos de likes o seguidores. Por desgracia, en redes sociales eso va a depender de ti, obviamente, pero también de factores externos más potentes, como el algoritmo y estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Por lo que, si estás haciendo un buen trabajo, solo te queda esperar a que este se valore. Y, si no lo hace, es una señal de que debes cambiar algo.
No entiendas las redes como un camino unidireccional en el que tú transmites ciertos conocimientos a los ciudadanos, sino como un camino de ida y vuelta, en el que vas a tener respuestas del público que te permitirán descubrir qué percepción tienen sobre lo que has contado y la manera de hacerlo. Es muy importante entender que estas respuestas no siempre serán de tu agrado.