La vida de un hipocondríaco en cuarentena
¿Me pican demasiado los ojos?, ¿esta peca/lunar, lo tenía antes?, ¿tiene mala pinta, verdad?, ¿este pinchazo puede ser cáncer? (sí, la cancerofobia existe)… Y así día tras día.
¿Hay algún hipocondríaco confinado? Muchos, yo misma, sin ir más lejos. Más de 40 días encerrada en casa aguantándome a mí misma, que ya es. ¡Acordémonos hoy de ellos también! A las personas que se pasan el día preocupadas y teniendo miedo a padecer, o convencidas de que tienen, una enfermedad grave a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparece en su cuerpo. El tiempo libre del que disponemos en estos tiempos de confinamiento nunca antes vividos, a los hipocondríacos no les hace ningún bien.
El hipocondríaco (aproximadamente el 10% de la población) es una persona vulnerable ante las alertas sanitarias y cualquier alarma de propagación de virus o epidemia, por supuesto. Pero no solo eso, una persona hipocondríaca se escucha diariamente su cuerpo mucho más que el resto de la población. Muchos de ellos están limpiando y desinfectando pomos de puertas e interruptores a diario con ansiedad.
¿Alguien se siente representado?
Sigo, las personas descritas arriba normalmente estamos cada día controlando los números de nuevos infectados para ver la tendencia (ojalá) a la baja, la famosa curva.
Todo esto es para contaros que hay gente a quienes psicológicamente este confinamiento no les está yendo nada bien. Gente que no está aprovechando el tiempo ni siendo productiva. Gente que no está haciendo pasteles ni pan ni mejorando sus dotes culinarias. Gente que no está dejando la casa reluciente ni organizando los armarios ni la ropa de verano. Gente que no está aprovechando al máximo su tiempo viendo esas series o películas pendientes o leyendo ese libro que no acaba de coger nunca.
Hay gente (y no solo hipocondríacos) que está apática y preocupada, pero no les busquéis, estos no salen en las stories de Instagram.
Pero yo me pregunto: ¿Qué es aprovechar el tiempo?
Dejad de preocuparos por sentir que no estáis haciendo las suficientes galletas, meditación o pintando mandalas porque pasáis demasiado tiempo en el sofá. Cada uno es como es y tiene sus propias necesidades. ¡Ojo! Todos, y en especial los hipocondríacos debemos hacer deporte y mantenernos activos, intentar cambiar nuestro foco de atención y pedir ayuda psicológica si hace falta. Lo que no podemos es, ahora, empezar a agobiarnos por si estamos suficientemente activos o no. Hacer nada es hacer algo. Descansar, dejar de pensar, respirar, ver la gente pasar…
El mensaje es que no pasa nada por no querer hacer nada. Nadie nos puede exigir nada en estos momentos. Es una situación nueva y todos la estamos llevando como podemos y de maneras distintas.
En el 2001, Marcus Raichle, neurólogo en Washington University School of Medicine (Misuri), demostró que un cerebro en reposo consume tanta energía como a pleno rendimiento, así que, nada nada, no estamos haciendo.
La red neuronal es por defecto la que asume el control de nuestro cerebro cuando soñamos despiertos o cuando la mente divaga. El cerebro nunca descansa, sino que sigue inmerso en sus complejas tareas. Estos estados, además, resultan muy beneficiosos para el ser humano: se reduce el estrés, se incrementa la creatividad, nos relajamos e incluso experimentamos sensaciones positivas.
Si os preocupa no hacer nada productivo, que no lo haga. ¡Solo nos falta una preocupación más!
28 abril, 2020 @ 18:13
y en el lado contrario….a los q nos encantaria poder leer ese libro q tenemos a medias desd hace años, ver esa serie q te recomeondan tus amigas o hacer pan o galletas, pero el trabajo en casa y los miños no te dejam mas d media hora al dia para moverte un poco pq te duele todooo. aiiiii…pero q tb seguimos los infectados y la maldita curba y desinfectamos todo por si acasooooo…y nos acsotamos cada noche con la ilusion de tener mas tiempo al dia siguiente….pero no es asi.