Acabar la tesis y no morir en el intento
Nadie sabe lo que nos deparará el 2019, pero seguro que muchos tenéis algo muy claro: este año os doctoráis. Habrán pasado 3, 4 o incluso en algún caso 5 años desde que empezasteis este emocionante y gran reto. Hoy, y coincidiendo con el mes de mi primer aniversario de defensa de tesis, os quiero dejar algunos consejos.
Pero… Si este es tu último año, primero de todo: ¡Felicidades! Ya casi no te queda nada, pero te queda lo más complicado para muchos: el final. En estos momentos, tu trabajo ya debería tener forma y, igual que en una carrera donde ya ves la meta, deberías sentirte muy cansado, pero a la vez con ganas de sacar fuerzas de donde sea para el esprint final. Y, aunque seguramente hayas trabajado duro desde el día uno, cuando estés estresado se te vendrá a la cabeza el siguiente pensamiento: “Debería haber trabajado más desde el principio”. No te preocupes, es normal.
Para que no te agobies con semejante pensamiento, es el momento, más que nunca, de poner realmente en práctica la organización. Planifícate muy bien. No solo ten en cuenta los días claves de depósito y defensa de la tesis, todo lo demás también importa. Apúntate todos esos días en los que tienes planeado un viaje o, más importante aún, esos días donde tus directores de tesis no van a estar, ya sea por vacaciones, congresos, estancias… No confíes en que estarán cada día a tu lado para corregir lo que vas escribiendo. Si lo están, mucho mejor, claro. Pero ellos acostumbran a tener más trabajo y cuando empieces a ver que no eres el centro de atención igual te agobias demasiado. Evita eso mentalizándote con antelación y teniendo un calendario amplio y flexible pactado con ellos.
Por otro lado, la gente de tu alrededor debe saber que estás en esta última fase. Comunícalo sin miedo, estás haciendo un duro trabajo y, seguramente, igual que tuve que hacer yo, deberás decir que no a muchos planes, cenas, cines y cafés. Habla con tus amigos y coméntales que en un tiempo terminarás, por fin serás doctor o doctora y recuperarás el tiempo invertido con ellos. Ojo, eso no significa bajo ningún concepto que dejes de descansar, que dejes de dormir o de ver a tu familia, de charlar con un amigo o sacar a pasear al perro. Recuerda: igual que te planificas una jornada, puedes planificarte el tiempo de descanso. Lo que digo, simplemente, es que puedes ver reducido drásticamente tu tiempo de ocio.
Una vez superada esta parte más personal, vamos a por el documento escrito.
Es muy fácil, sencillamente no cometas mis errores o los de mis compañeros de laboratorio:
- Muy importante: las referencias del texto no se buscan al final, te volverás realmente loco. Ves añadiéndolas paulatinamente a medida que vas leyendo y escribiendo. Aunque parezca que ponerlas al final hará que vayas más rápido escribiendo, no es verdad. Aunque no lo creas, vas a perder mucho más tiempo al final. Buscar de dónde leíste una frase, qué autor dijo qué, o qué artículo mencionaba tal resultado, puede llevarte muchas horas.
- El Word lo carga el diablo. De verdad. Aquí puedes adoptar la estrategia que mejor te convenga, pero montar el documento final puede ser realmente una pesadilla. Los números de página, imágenes, índices… O lo haces bien desde el principio o asegúrate de tener suficiente tiempo al final para la edición del texto. Recomendación: haz un documento de texto para la edición donde puedas apuntar el formato de los títulos, subtítulos, pies de foto, espaciado…
- El día antes de depositar la tesis no es el día para la edición de documento, ni mucho menos para revisiones o correcciones. Esto debería estar hecho con (bastante) antelación. Pero, aunque esta debería ser la situación ideal, es muy probable que vayas muy apurado y aun estés haciendo modificaciones…
- …así que, si ves que la anterior situación es más que probable en tu caso, intenta tener otras cosas listas con tiempo. Un ejemplo es el papeleo de la universidad o del centro de investigación. Seguramente tendrás que rellenar papeles, adjuntar documentos, rellenar formularios vía web y seguramente necesitarás firmas de tu director (o directores y codirectores, si es el caso). Asegúrate de tenerlo con antelación. Es posible que llegues al despacho de alguien pidiendo una firma y este esté de viaje, ¡sería un desastre! También puede planificar con antelación la fecha de defensa, empezar a contactar el tribunal…
- Finalmente, acude a otras defensas de tesis doctorales. No tienen por qué ser exclusivamente esas que están relacionadas con tu investigación. Explora otros campos. Lo importante es empaparte de la metodología y detectar los fallos en los demás para evitar que los cometas tú. Apunta los puntos fuertes y débiles de cada defensa y tenlos en cuenta para diseñar la tuya. A veces, pensamos que ir a otras defensas es una pérdida de tiempo. Pensaremos que tenemos mil y un experimentos que hacer en el laboratorio, muchas páginas que escribir y que eso lo único que hará es retrasar todo el proceso. En esto nos equivocamos y mucho. No es ninguna pérdida de tiempo, en absoluto, es una inversión para mejorar nuestro resultado final y lo notarás.
Espero que estos consejos te sean de ayuda, provienen de mi experiencia y de los casos que he visto a mi alrededor. Pero, al final, cada tesis es un mundo. Súfrela, pero, sobre todo, disfrútala.